Voy a comentar un caso común en el gremio que me acaba de pasar, quizás te sientas identificado en uno u otro lado de la situación…

Hoy se ha acercado un amigo a comentarme una idea que podría hacerle millonario.  Es una situación frecuente que me resulta agradable. Las personas de mi entorno me piden opinión sobre sus ideas  en busca de otros puntos de vista y supongo que algún consejo por llevar unos años participando, trabajando u observando proyectos simplemente.

En estas conversaciones hay ideas de todo tipo, algunas  tienen realmente muy buena pinta, otras posibilidades, otras de las que no tengo ni la más remota idea de si pueden funcionar o  no… todas ellas despiertan en mi curiosidad e intento aportar algo dando mi humilde opinión encantado de la vida.

También hay algunas situaciones que te hacen tragar saliva: ¿Cómo le digo que su idea no es nueva, que ya existe o que otros fracasaron con más medios con la ilusión que me lo está contando? Es una situación más complicada de lo que parece, la salida cómoda ante el cliente/pariente/amigo/… es seguirle la corriente para quedar bien pero no me parece correcto, me quedaría la sensación de estar fallando a una persona que ha confiado en mi su “secreto” para hacerse millonario aunque  sea un disparate.  Toca ser el portador de malas noticias aunque  conozco profesionales que les va muy bien omitiendo  este paso y  a sus aconsejados no tanto.

La solución es sencilla, consiste simplemente en conversar más profundamente sobre su proyecto, mas allá de la idea inicial o su potencial. Como va a desarrollar el producto/servicio, recursos necesarios, fuente de beneficios, perspectivas de crecimiento, financiación, aspectos legales, etc. Simplemente hablando de temas concretos del proyecto, cuestionando las respuestas y planteando alternativas se puede llegar a una conclusión común sin necesidad de opinar sobre la idea. De esta forma se puede estudiar la viabilidad evitando dar una opinión desagradable, aprender entre todos y animar a sacar el proyecto adelante o descartarlo si hay demasiados puntos oscuros hasta que se encuentren soluciones.

He oído muchas ideas, y pienso que tienen  menos valor del que normalmente les atribuimos.  Creo que es más práctico restar valor a la idea por muy brillante que sea para sumárselo al plan de ejecución que es donde realimente reside la dificultad para no quedarse sólo en una idea.

Y es que hay casos de todo tipo y casi todos tenemos una o varias ideas, muy pocas buenas supongo, pero las ideas  son de todo menos escasas. Algunas personas están realmente obsesionadas con ellas, otro caso muy frecuente es creer tener una gran idea única y guardarla con celo (sin saber que otra persona te la ha contado hace dos días cambiando la bicicleta por un monopatín por poner un ejemplo) . Muchos otros tienen ideas sobre como triunfar en entornos que desconocen. ¿Porqué algunas personas que apenas distinguen google del navegador creen tener las mejores ideas para triunfar en internet?  De estas últimas hay muchas haciendo válido aquello de la ignorancia es atrevida me temo. Otros simplemente se pierden soñando en el triunfo sin pensar en como sacar adelante el proyecto.

De todos modos hay ideas buenísimas, muchas se echan a perder por no dedicar el esfuerzo suficiente (dentro de poco lo realizará otra persona con la misma idea sin duda), otras por miedo o comodidad tampoco llegan a buen puerto, otras por no conocer suficiente el entorno y otras por mil causas. Pero hay otras, que aunque no sean tan famosas como facebook o Google, si han permitido triunfar a su autor. Hacer crecer o ayudar a que funcionen desde que sólo fueron una idea hasta su éxito no tiene precio.

Suerte a todos.

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